7 fundamentos bíblicos para vencer la ira
Base Bíblica : Proverbios 14:17; Efesios 4:26; Salmos 37:8.
Introducción :
Los especialistas coinciden en asegurar que una herida producida por alguien irascible, tarda por lo menos 6 meses en sanar. Persiste la molestia. Durante ese lapso, los conflictos tienden a crecer, y si es a nivel familiar, se puede fracturar la relación de los cónyuges y de los padres con sus hijos.
En algún momento de nuestra vida, todos hemos enfrentado la ira. Golpeó nuestras emociones. Reaccionamos, tal vez sin pensarlo. Luego descubrimos las terribles consecuencias de nuestra actitud.
La meta es que, con fundamento en las Escrituras, descubramos la ruta para ser libres por el poder de Jesucristo de las consecuencias de la ira.
I.- Todos hemos experimentado las consecuencias de no controlar la ira
1.- Problemas con nosotros mismos y con los demás:
- Sensación de no poder contenernos
- Herimos a otras personas con nuestras palabras
- Levantamos barreras en las relaciones interpersonales
2.- Nuestras reacciones de ira, afectan nuestra espiritualidad
3.- Temprano o tarde entraremos en graves problemas por nuestras reacciones descontroladas
4.- Es importante que aprendamos a identificar qué tipo de ira manejamos interiormente:
- La agresiva, que tiene qué ver con actitudes violentas y de falta de respeto.
- La pasiva, en la que aparentemente todo está bien porque no hay manifestaciones, pero por dentro hay resentimiento.
- La sutil, relacionada con cierta incomodidad interior ante algo que no resultó como se esperaba.
Ilustración: Cabe aquí leer una apreciación que respecto a la ira y su control, escribe el pastor Rick Warren:
“En nuestra estructura biológica, Dios nos puso la capacidad de enojarnos. Estar enojado no es un pecado, pero puede convertirse en un pecado si le permitimos que nos lleve a un comportamiento destructivo. Pero la emoción misma, no es un pecado. La Biblia dice que Dios también se enoja. No se puede evitar el enojo, pero podemos aprender a controlarlo. Puedes lograr controlarlo, y así se convertirá en una ventaja y no en un pasivo. Esto significa que tienes que dejar de poner excusas para justificar tu enojo: “Así soy yo, no puedo controlarlo...” Recuérdalo: El enojo puede ser controlado.” (Rick Warren. Meditación: “Solución para controlar tu enojo.” Tomado de la website oficial de su ministerio)
II.- En las Escrituras aprendemos que usted y yo podemos vencer la ira
1.- Quien se deja arrastrar poa la ira, generalmente no controlan lo que dicen y causan heridas con sus palabras (Salmos 64:3; Cf. Romanos 3:14)
2.- Los raptos de ira afectan nuestro testimonio (Santiago 3:14, 15)
3.- Quien se deja arrastrar por la ira, levanta barreras en las relaciones interpersonales, comenzando por la familia. (Proverbios 14:17)
4.- Dejarnos arrastrar por la ira, destruye vidas y relaciones, incluyendo por supuesto a la familia (Proverbios 19:12)
5.- Quien se deja arrastrar por la ira, es mirado desde la perspectiva bíblica como un insensato (Eclesiastés 7:9)
6.- Quien sigue a Cristo debe escuchar, evaluar y racionalizar antes que dejarse arrastrar por la ira (Santiago 1:19)
7.- Si no podemos evitar que algo nos indigne y llene de enojo, debemos controlarnos para no pecar. Nuestra tarea se enfoca en no permitir que la situación persista (Efesios 4:26)
III.- El Señor Jesús nos enseña cómo controlar nuestras emociones
1.- No debemos luchar en nuestras fuerzas sino en las que provienen de Dios
2.- La Escritura nos instruye a desechar las emociones descontroladas como la ira (Efesios 4:31 32)
3.- Las Escrituras nos muestran que sí tenemos el poder para renunciar a la ira y al enojo (Salmos 37:8)
4.- Un paso fundamental para ser libres, es asumir la actitud firme de no dejarnos arrastrar por las emociones destructivas (Colosenses 3.8)
IV.- Aplique a su vida 12 sugerencias prácticas y sencillas para vencer la ira
Ahora que tenemos claro el hecho de que la ira no debe controlarnos, que si lo permitimos dañamos a la familia y a los seres que apreciamos, y en tercer lugar, que el poder de Dios nos ayuda a vencer, permítame compartirle 12 sugerencias para controlar sus reacciones:
1.- Evalúe sus reacciones. ¿Admite que la ira lo domina? Entonces, acéptelo: Llegó la hora de cambiar con ayuda de Dios.
2.- Revise qué tipo de pensamientos procesa su cerebro. ¿Algunos de ellos alimentan su ira? Si es así, deséchelos.
3.- Tenga presente que si en medio de la ira expresa ofensas a su familia, difícilmente podrá resolver el asunto de la noche a la mañana. Evite ir más allá
4.- Deje de pensar que todo el mundo está en su contra. Abandone pensamientos negativos.
5.- Tenga presente que si se dispone, usted puede cambiar y dejar de lado la ira que lo lleva a cometer locuras
6.- Aprenda a expresar sus emociones de una forma más adecuada y equilibrada. Evite la negación, la represión y la proyección de su rabia hacia otros.
7.- Tenga en cuenta que cada vez que se deja dominar por la ira pierde su dignidad y la posibilidad que los demás lo respeten.
8.- Reconozca que reaccionar con ira no resuelve los problemas, por el contrario, tiende a agravarlos.
9.- Controle sus pensamientos. Evite agigantar dificultades que sólo anidan en su imaginación.
10.- Para disminuir la impulsividad tenga presente la dignidad del otro, aceptando que así como tiene defectos, tiene cualidades. De esta forma, aprenderá a relacionarse de otra manera con ese ser que ahora ve desde otra perspectiva.
11.- Si se encuentra ofuscado con alguien o le disguste algo que esa persona diga, cuente hasta diez antes de intervenir en la conversación. Otro ejercicio útil para controlar la ira consiste en respirar profundo varias veces.
12.- Rinda su vida a Dios y permita que Él controle la totalidad de sus emociones
Conclusión :
Es probable que por mucho tiempo se haya dejado arrastrar por la ira, pero llegó el día de poner coto a la situación. Podrá vencer sobre esa emoción descontrolada. No es en sus fuerzas sino en el poder de Dios. Él nos da la fortaleza y la capacidad necesarias para lograrlo.
Tenga presente que los comportamientos agresivos y hostiles no solo lesionan a quien recibe esa descarga negativa sino a su protagonista. Van en contra de la esencia del ser, y más como nosotros, creados por Dios para experimentar una vida plena.
Dios es quien transforma nuestro ser. La ira sí se puede controlar. El primer paso para hacerlo, es depender de Dios. La oración es un muy buen camino. Ir a Su Presencia y pedirle la capacidad para sobreponernos a todo aquello que nos roba la paz.
Permita que Dios obre en su mundo interior. Él traerá la transformación que anhela en su corazón. Permítale gobernar todo su ser.
Publicado en: Sermones
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