¿Cómo estar y permanecer en la Presencia de Dios?

Lectura Bíblica: Salmos 15:1-5

Introducción:

Dios espera que no solo busquemos Su Presencia sino que permanezcamos en ella. Es una decisión que parte de nuestro corazón. Dios lo quiere, pero somos usted y yo quienes determinamos caminar en Su Presencia y permanecer en ella. No es algo de buenas a primeras, porque demanda renuncia en nuestro mundo interior para darle el primer lugar al Señor, pero además, reprogramar nuestro ser para asimilar las nuevas pautas de vida que nos enseña el Señor en Su Palabra.

I. Existe una marcada diferencia entre buscar y estar en a Presencia de Dios (v. 1)

1. Cuando vamos al servicio en la iglesia, oramos, leemos la Palabra o quizá ayunaos, estamos buscando la Presencia de Dios

2. Buscar la Presencia de Dios no necesariamente nos asegura permanecer en ella

3. La diferencia entre buscar y estar en la Presencia de Dios, radica en la disposición de nuestro corazón para el Señor.

II. Estar en la Presencia de Dios parte de una disposición del corazón (vv. 2, 3)

1. Podemos estar en la Presencia de Dios cuando caminamos en rectitud (v. 2 a)

2. Podemos estar en la Presencia de Dios cuando practicamos la justicia (v. 2 b)

3. Podemos estar en la Presencia de Dios cuando hay sinceridad en nuestro corazón (v. 2 c)

4. Podemos estar en la Presencia de Dios cuando medimos el alcance de nuestras palabras (v. 3)

III. Cuando alguien está en la Presencia de Dios dispone su vida para Él (vv.4, 5)

1. Cuando alguien está en la Presencia de Dios no camina en concordancia con quienes se deleitan en el pecado (v. 4 a)

2. Cuando alguien está en la Presencia de Dios hay honestidad en su corazón (v. 4 b)

3. Cuando alguien está en la Presencia de Dios no procura la injusticia con el prójimo (v. 5 a)

4. Una vida así nos asegura estar en la Presencia de Dios (v. 5 b)

Conclusión:

No basta sólo con buscar la Presencia de Dios. Es esencial que permanezcamos en ella. Y eso es posible cuando disponemos nuestro corazón para el Señor. Él nos hace posible caminar de Su mano. No obliga a nadie, téngalo presente. Es necesario que nos dispongamos. Y lo maravilloso de estar en la Presencia de Dios, es que nos movemos en Su dimensión sobrenatural en todo momento.