¿Cómo lograr solidez en la relación matrimonial?

Base Escritural: Colosenses 3:19; 1 Pedro 3:7 y Efesios 5: 28, 29

Introducción

Uno de los hechos que más preocupa hoy día lo representa el incremento en la ruptura de matrimonios. El promedio estima que un matrimonio no dura más de tres años en Norteamérica, y en los países europeos, dos años. ¿Qué está llevando al desmoronamiento de los lazos familiares? Sobre esta base, una serie de principios bíblicos nos arrojan luces respecto a cómo lograr solidez en la relación matrimonial.

1. La construcción de una sólida relación intrafamiliar

1.1. Los valores y principios se transmiten de padres a hijos (Deuteronomio 6:6-9).

a. Vivirlos para poder transmitirlos (v. 6)

b. Perseverar en la enseñanza (vv. 7-9).

1.2. Los principios dan lugar a la disciplina (Proverbios 22:6).

El maltrato a los niños es una forma de entorpecer el Plan de Dios (Marcos 10:13-15).

1.3. Formas de maltrato infantil:

a. Maltrato físico

b. Maltrato emocional

c. Aislamiento

d. Favoritismos (Génesis 25: 27, 28).

2. Un matrimonio se afianza cuando hay respeto a los roles del cónyuge

1.1. Principios que dan solidez a la relación: Sujeción y respeto

1.2. Sujeción (Colosenses 3:18)

1.3. Respeto (Colosenses 3:19; 1 Pedro 3:7 y Efesios 5: 28, 29)

3. Elementos que se deben conservar en el matrimonio:

1.1. Expresiones orales de amor (Palabras bonitas, agradables)

1.2. Expresiones físicas del amor (Abrazos, besos etc.)

1.3. Presentación personal

4. La relación padres e hijos debe fundamentarse en el respeto

1.1. Sujeción de los hijos (Efesios 6:1-3)

1.2. Respeto de los padres hacia sus hijos (Efesios 6:4 y Colosenses 3:21)

5. Los enemigos del matrimonio

1.1. La gritería y el sermoneo

Cuando se comparte la vida, cae el antifaz y se descubre la verdadera personalidad. (Proverbios 21:9, 19)

1.2. Responder con igual o superior grado de agresividad.

Lo aconsejable es responder con calma (Proverbios 15:1)

1.3. Permitir la intromisión de la familia en las relaciones de pareja

1.4. Recomendaciones

a. No comparar al cónyuge

b. Ser detallista. Cuidar las cosas pequeñas.

c. Entender que somos diferentes

d. Disponernos para realizar ajustes

e. Guardar la paciencia

f. Darle “espacio” al cónyuge para que reflexione

g. Aprender a confiar el uno en el otro

h. Asumir compromisos en la relación

i. Cuidar como pareja las finanzas

Conclusión:

Si Dios ocupa el primer lugar en nuestra relación matrimonial, si todo cuanto vamos a realizar lo sometemos en Sus manos, sin duda tenemos asegurada la solidez en la familia (Cf. Salmos 127:1-5) Tenga presente que los principios aprendidos en las Escrituras, han probado por siglos ser eficaces. Dios nos asegura solidez si los ponemos en práctica.