Consuelo de Dios en medio de las tribulaciones
Base Bíblica: 2 Corintios 1: 3- 7
Introducción:
Los momentos de crisis son inevitables. Todos los enfrentamos. El gran valor es saber cómo hacemos frente a las adversidades y de qué manera las superamos, con ayuda de Dios.
Cuando luchamos en nuestras fuerzas, las tribulaciones traen a nuestra vida desesperanza, desaliento y, en algunos casos, pensar en salidas extremas. Hay quienes, bajo el desespero, han querido quitarse la vida.
De igual manera, las tribulaciones afectan nuestra salud física y emocional al tiempo que producen agrietamientos en la relación con el cónyuge y los hijos.
Cuando volvemos nuestra mirada a Dios y pedimos su ayuda para tener la fortaleza que nos permita seguir adelante, hallamos en camino apropiado y, al superar las crisis, llegamos a un nuevo nivel que nos prepara para bendecir y consolar a otras personas.
I.- DIOS CONSUELA A LOS ATRIBULADOS (vv. 3, 4)
1.- La misericordia es un distintivo de Dios (v. 3)
a.- Misericordia para perdonarnos
b.- Misericordia para sacarnos de la crisis
c.- Misericordia para ofrecernos una nueva oportunidad
2.- A través de las tribulaciones recibimos un trato especial (v. 4)
a.- A través de la misericordia cuando fallamos.
b.- A través de la consolación en las crisis
3.- Dios nos convierte en instrumentos de bendición (v. 4 b)
a.- Consolar a quien lo necesite
b.- Recibir fortaleza de Dios para fortalecer
II.- A TRAVÉS DE LAS TRIBULACIONES LLEGAMOS A UN NUEVO NIVEL (v. 5)
1.- Ser cristiano no es un “seguro contra todo problema”
2.- En Dios encontramos fortaleza en los tiempos de necesidad
3.- Dios nos fortalece para ser vencedores
4.- El secreto está en aprender a encarar y sobreponernos a las dificultades
III.- LAS TRIBULACIONES PUEDEN LLEVARNOS A LA MADUREZ CRISTIANA (vv. 6, 7)
1.- Las tribulaciones nos hacen fuertes (v. 6)
a.- En Dios encontramos fortalece y guía para salir del laberinto
b.- En Dios encontramos la fortaleza para seguir adelante
2.- Aquellos a quienes formamos en Cristo, reciben nuestro ejemplo de fortaleza en medio de las tribulaciones (v. 7)
3.- Con ayuda de Dios estamos preparando una generación victoriosa en Cristo
Conclusión:
Dios nos consuela cuando más lo necesitamos. Es una certeza que nos debe asistir en todo momento. De hecho, es a través de esos períodos de crisis cuando dependemos de Dios, que llegamos a nuevos niveles.
Las tribulaciones nos hacen fuertes y nos preparan para traer consuelo a otras personas que lo necesitan.
Jamás olvide que el éxito está en saber encarar las dificultades sabiendo que en Cristo somos más que vencedores y que no hay adversidad que esté por encima de Su poder.
Publicado en: Sermones
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