Cumpliendo la Gran Comisión de alcanzar las Naciones
Base Bíblica: Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; 6:7
Introducción:
Nuestro amado Señor Jesús entregó en manos de la Iglesia la enorme tarea y a la vez responsabilidad, de predicar el Evangelio. Son Buenas Nuevas de Salvación que marcan la diferencia entre una eternidad con Cristo y pasar la eternidad en la perdición.
Hay quienes no aceptan el mandato del Salvador y como consecuencia, las almas mueren sin ser salvas. ¿Está usted dispuesto a asumir el reto? Recuerde que, tal como enseñan las Escrituras, en el cumplimiento de la Gran Comisión no estamos solos. El Espíritu Santo nos acompaña.
I. El Espíritu Santo delegó en la Iglesia y en cada uno de nosotros la enorme responsabilidad de alcanzar las Naciones para el Reino
1. La Gran Comisión es un encargo fundamental para la Iglesia (Mateo 28:18-20)
2. Ante la indiferencia del mundo, la Gran Comisión se ha tornado en una Gran Omisión
a. No estamos generando impacto en el entorno en el que nos desenvolvemos
b. Estamos siendo desobedientes a los mandatos de Dios
3. La Gran Comisión reviste suma importancia
a. Por quien la dio – el Señor Jesús
b. Por su alcance – el mundo
c. Por lo que ofrece – vida eterna
d. Por su impacto – hasta el final del mundo
II. El señor Jesús nos delegó autoridad para que pudiéramos alcanzar las naciones
1. La Gran Comisión se fundamenta en la autoridad de Dios (Mateo 28:18 a)
“Y Jesús se les acercó diciendo: Toda potestad me es dada”
2. El Señor Jesús ya nos dio autoridad para cumplir la misión (Lucas 10:19)
3. El Señor Jesús anunció que tendríamos el poder necesario para cumplir la Gran Comisión (Hechos 1:8)
4. Desde el primer siglo, la predicación de la Palabra tenía como consecuencia, la conversión de las almas (Hechos 2:41; 4:4)
III. La Gran Comisión demanda acción para alcanzar a los perdidos
1. Cuando asumimos el compromiso de evangelizar, crece la iglesia en medio de una sociedad sin principios ni valores (Hechos 6:7)
2. Es necesario alcanzar a quienes aún no han oído acerca de Cristo Jesús (Romanos 10:14)
3. El alcance de la Gran Comisión es de carácter universal (Mateo 28:19)
“…haced discípulos a todas las naciones…”
4. El Señor Jesús nos acompaña en el cumplimiento de la Gran Comisión (Mateo 28:20 b)
“… y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”
a. No estamos solos
b. El Señor Jesús mediante su Espíritu Santo nos guía
Conclusión:
Cuando escuchamos hablar de la necesidad de predicar el Evangelio, creemos que es responsabilidad de otras personas o quizá, de quienes se encuentran al frente del liderazgo. Es un mandato imperativo que nos hizo el Señor Jesús con el propósito de que asumiéramos la tarea de extender el Reino de Dios.
Él nos concedió, mediante el Espíritu Santo, el poder necsario para llevar a cabo la labor. Jamás olvide que si no predicamos, las personas irán a la eternidad sin Cristo, y eso es doloroso porque estarán en perdición. Hoy es el día para comprometernos con la Comisión de Compartir las Buenas Nuevas.
Publicado en: Sermones
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