Decídase a vencer el temor con ayuda de Dios

Base Bíblica: Proverbios 29: 25

Introducción:

Uno de los impedimentos más comunes en toda persona y más, entre los creyentes, es el temor. Se convierte en un enorme obstáculo para salir adelante, para avanzar y, por supuesto, para cumplir el propósito eterno de Dios en nuestras vidas.

El autor norteamericano, Don Gossett, escribió alguna vez en uno de sus libros:

“Las personas temerosas son indecisas. Nunca puede tomar una decisión precisa. Tratan de espiritualizar su indecisión y en en el proceso destruyen la posibilidad de hacer o lograr algo.”

Es imperativo que nos prendamos de la mano de Dios. Él es quien transforma nuestra mentalidad y puede llevarnos al nivel de seguridad que necesitamos para vencer los obstáculos, entre ellos uno de los más sutiles, pero destructivos como es el temor.

I.- EL TEMOR EN LA VIDA DEL CRISTIANO ES UN OBSTÁCULO

1.- El espíritu de temor no procede de Dios (2 Timoteo 1: 7)

2.- El temor es una atadura que nos impide avanzr (Proverbios 29: 25)

3.- El temor trae consigo consecuencias (1 Juan 4: 18)

4.- El temor abre las puertas para que el demonio tome ventaja (Efesios 4: 27)

II.- ES NECESARIO AFIRMARNOS EN DIOS PARA SUPERAR EL TEMOR

1.- No debemos alimentar el temor en nuestro corazón (Filipenses 1: 28)

2.- Con determinación y perseverancia vencemos aquello que nos despierta temor (Esdras 10: 4)

3.- Dios nos concibió para ser vencedores (Romanos 8: 37; Hebreos 13: 5, 6)

III.- DIOS NOS DA EL PODER PARA VENCER EL TEMOR

1.- De Dios solo proviene lo bueno para nosotros (Santiago 1: 17)

2.- Dios nos da poder, amor y dominio propio (2 Timoteo 1: 7)

3.- Confiando que Dios es quien está con nosotros, debemos resistir al enemigo (Santiago 4: 7)

IV.- CON EL PODER DE DIOS VENCEMOS EL TEMOR

1.- El cristiano sabe que, tomado de la mano del Señor, no hay obstáculo que nos impida avanzar (Filipenses 4: 13)

2.- Prendidos de la mano del Señor somos vencedores (Romanos 8: 37)

3.- Dios no nos ha dado espíritu de cobardía  (2 Timoteo 1: 7)

4.- Si Dios está con nosotros, no debemos temer (Salmos 118: 6)

Conclusión:

Cuanto tomamos conciencia del enorme perjuicio que nos ha causado el temor, nos decidimos a vencerlo. ¿De qué manera? Prendidos de la mano del Señor, quienes nos permite identificar en qué estamos fallando y de qué manera debemos aplicar correctivos.

La decisión está en nuestras manos. Dios desea ayudarnos en el proceso. Él nos provee de las herramientas necesarias para que experimentemos un cambio definitivo en el curso de nuestra historia personal, espiritual y familiar.

Hoy es el día para decidirnos a vencer el temor, con ayuda de nuestro amoroso Padre celestial.