El poder de la sangre de Cristo

Base Bíblica: Hebreos 9:11-14, 28, 29; Gálatas 3:13, 14; Romanos 3:24;

Introducción:

La sangre del Señor Jesús sigue vigente y tiene el mismo poder hoy que hace dos mil años cuando se derramó en la cruz. De ella se desprende la redención, remisión, santificación y justificación en la vida del cristiano. La sangre del redentor cubre nuestros pecados y nos hace justos delante del Padre. Gracias a este sacrificio podemos presentarnos sin mancha ante nuestro Supremo Hacedor. Gracias al Señor Jesús en el presente podemos experimentar una vida plena y en el futuro la eternidad.

I.- La sangre de Cristo nos redime

1.- Sólo la sangre de Cristo nos redime, es decir, nos rescata del mundo de las tinieblas y del poder del pecado (Hebreos 9:22)

2.- Fuimos comprados por nuestro Salvador Jesucristo a precio de sangre, de Su preciosa sangre (Hebreos 9:12)

3.- La sangre del Señor Jesús nos limpia de todo pecado y de toda maldad que nos mantenían atados (Hebreos 9:14)

4.- Gracias a la sangre de Cristo vertida en la cruz fuimos redimidos de toda maldición (Gálatas 3:13, 14)

II.- La sangre de Cristo nos santifica

1.- La preciosa sangre del Señor Jesús nos justifica (Romanos 3:24)

a.- La obra redentora se hizo por gracia de Dios

b.- La redención es una manifestación de su amor

2.- Si Jesús nos justifica y redime debemos en adelante mirarnos al espejo como hombres y mujeres santos

3.- ¿Cómo hacemos efectiva la santificación? Cuando confesamos nuestros pecados delante del Padre (1 Juan 1:9)

4.- Cuando hablamos de santificación nos referimos al hecho de que, por la sangre de Cristo, nuestros pecados son limpiados constantemente.

5.- No podemos ni debemos seguir atormentándonos por los pecados del pasado que ya Dios nos perdonó

III.- La sangre de Cristo nos justifica

1.- Lo que humanamente era imposible, el Señor Jesús lo hizo posible. Nos presentó delante del Padre santos y justos (Hebreos 10:4-10)

2.- La sangre del Señor Jesús nos hizo perfectos delante de Dios el Padre (Hebreos 10:14, 15)

3.- Desde Egipto el poder de la sangre de Cristo ha obrado y sigue obrando con poder (Éxodo 12:12, 13; 22, 23)

4.- Gracias a la sangre de Cristo somos más que vencedores (Apocalipsis 12.11)

5.- Es necesario que creamos y confiemos en el ilimitado poder de la sangre de Cristo

Conclusión :

Gracias a la obra redentora del Señor Jesús en la cruz, Dios nos mira hoy como hombres y mujeres justos porque fuimos comprados a precio de sangre. La preciosa sangre que Él vertió en la cruz. En adelante Dios no se vuelve a acordar de nuestro pasado y pecados del ayer (Cp. Miqueas 7:18, 19). Nos ve ahora justificados en Su Presencia.