Jesucristo vino a traer libertad a los cautivos
Base Escritural: Lucas 4:18-20; Juan 8.32
Introducción:
El mundo yace en tinieblas porque el enemigo espiritual ha tomado fuerza y progresivamente, gracias al pecado del género humano, ha ido ganando terreno. Ese constituye el escenario en el que nuestro amado Salvador Jesucristo, mediante su obra redentora, cambia el curso de la historia porque vino a traer salvación, sanidad y liberación, que afecta nuestras dimensiones física y espiritual.
Hasta tanto el hombre comprenda que necesita de Dios, permanecerá en tinieblas. Si rinde su vida a Jesucristo será salvo y sano, espiritual y físicamente.
I. A través del Señor Jesús nuestro amado Dios ofreció al mundo luz para salir de las tinieblas
1. Dios hizo realidad –a través del Señor Jesús— la promesa que hiciera siglos atrás por medio del profeta Isaías (Cf. Isaías 61:1, 2)
Heb. Ungió –Mashach —. Traduce untar con aceite para consagrar algo o alguien. Aparece alrededor de 70 veces en el Antiguo Testamento. Se refiere a la costumbre hebrea de ungir con óleo santo objetos o personas (Cf. Levítico 8:12; 16:32; 2 Samuel 2: 4; 5:3; 1 Reyes 1:39)
2. Dios había prometido que sobre Cristo reposaría su Santo Espíritu (Isaías 11:1, 2; Salmos 45:7)
3. El ministerio terrenal del Señor Jesús permitió romper todas las ataduras físicas y espirituales
II. El Señor Jesús liberta, sana y trae salvación
1. El Señor Jesús trae buenas noticias de Salvación a un mundo en tinieblas (Lucas 4:18 a)
“… por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres…”
a. A los pobres
b. Dios siempre ofrece una segunda oportunidad
c. Dios conoce el dolor de su pueblo
2. El Señor Jesús trae sanidad interior (Lucas 4:18 b)
“Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón…”
3. El Señor Jesús trae libertad a los cautivos espirituales por el mundo de las tinieblas (Lucas 4:18 c)
“A pregonar libertad a los cautivos…”
4. El Señor Jesús trae sanidad a los enfermos (Lucas 4:18 d)
“… y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos.”
III. El Señor Jesús vino para que recobráramos una vida plena
1. Como anunció Dios por siglos, el Señor Jesús vino a traer libertad de la esclavitud (Lucas 4.19)
2. Como anunció Dios, el Señor Jesús vino a proclamar el año agradable (Cf. Levítico 25:10)
“A predicar el año agradable del Señor…”
a. El año del Señor se celebraba cada 50 años
b. El año agradable era un año para descansar y dejar descansar la tierra
c. El año agradable era un año en el que los propietarios recuperaban aquello que tenían hipotecado
d. El año agradable llega a todos nosotros cuando recibimos a Cristo
3. Si queremos experimentar la verdadera libertad, debemos volver nuestro corazón a Jesucristo (Lucas 8:31, 32)
Conoceréis. Griego Ginosko. Percibir, entender, reconocer, ganar conocimiento, darse cuenta, llegar a conocer. El reconocimiento de la verdad por experiencia personal.
Conclusión:
Cuando Jesucristo entra a nuestro corazón, quedan rotas las cadenas y emprendemos un proceso de crecimiento en todas las áreas porque ahora tenemos libertad. Eso es justo lo que vino a hacer nuestro amado Señor: Libertar, sanar y ofrecernos una nueva vida.
Hoy es el día para tomar la mejor decisión: Recibir a Jesucristo como Salvador personal. Hay oportunidad de emprender una nueva vida.
Publicado en: Sermones
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