La fidelidad a los mandatos de Dios

Base Escritural: Números 20: 1-13

Introducción:

Históricamente los indígenas americanos se caracterizaron por la fidelidad a principios de vida. A su manera, tenían pautas que regían su vida social y religiosa. Si bien es cierto adoraban dioses y fetiches, su principal característica era su literalismo en la aplicación de las pautas que tenían definidas como sagradas. Hoy día los cristianos, aunque viven sinnúmero en América, difieren de sus antepasados. Conocen al Dios verdadero, pero no son fieles a los preceptos bíblicos. Los cristianos corremos el peligro de perder credibilidad e identidad justamente por nuestra infidelidad.

I. Disposición para alabar a Dios en cualquier circunstancia (vv.2-5)

1. Valorar que Dios ha estado con nosotros siempre (vv. 2, 3)

2. Confiar en Dios, El sabe lo que hace (v. 4)

3. Debemos arrancar toda raíz de ingratitud (v. 5)

a. Para con Dios

b. Para con nuestra familia

c. Para con nuestro prójimo

II. Todo problema debe ser llevado a la presencia de Dios (vv. 6-8)

1. Guardarnos las dificultades nos desestabiliza:

a. Emocionalmente

b. Espiritualmente

c. Físicamente

2. A Dios debemos llevar todas nuestras cargas (v. 6 a)

Mateo 11:28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”

3. En Dios encontramos refugio y descanso (v. 6 a)

“... y se postraron sobre sus rostros”

4. Si invocamos su poder, Dios responde (v. 6 b)

“... y la gloria de Jehová apareció sobre ellos”

III. Si obedecemos fielmente a Dios, obtendremos resultados

1. Los mandatos de Dios son específicos (v. 8)

... No hay lugar para la relatividad

2. La fidelidad a sus mandatos debe ser total (vv. 9-11)

...Moisés aplicó “variantes” al mandato

3. A Dios le agrada la fidelidad a toda prueba (vv.12, 13)

Conclusión:

Los cristianos estamos llamados a recobrar la identidad, viviendo conforme a los preceptos que traza Dios en la Biblia. Que se nos identifique no por nuestra forma de hablar o andar con un ejemplar de las Escrituras bajo el brazo, sino por vivir a Jesucristo.