Respondiendo al llamado de Dios
Base Bíblicas: Mateo 20:1-16; Lucas 12:42-46; Hechos 1:6-8.
Introducción:
Roberto ingresó al Seminario Bíblico convencido de que serviría al Señor, donde quiera que fuera; Jorge hizo lo mismo, con la diferencia de que tenía en su mente la imagen de un pastor exitoso. Wilmar fue asignado a un suburbio del oriente en Santiago de Cali. No había templo sino una vetusta edificación de guadua y lámina con escaños de madera. No era lo que esperaba, pero siguió luchando porque en su mente tenía claro que si Dios le había llamado, Él le concedería la victoria.
Jorge renunció al pastorado tres semanas después. No pudo soportar la precariedad económica y concluyó con frases contundentes: “Esto no es para mi”. Archivó su título de licenciado en teología y hoy vende electrodomésticos en el centro de la ciudad.
El llamamiento pastoral, su costo y la importancia de permanecer fieles. Tres de los aspectos que abordaremos a continuación. Es de suma importancia considerar que el servicio en la obra de Dios es un apostolado que implica sacrificio, convencimiento y perseverancia. Dios valora nuestro trabajo. No cuenta quien haga mucho, sino que lo haga con fidelidad y a conciencia...
I.- En la obra del Señor cuenta quien asume el llamamiento (Mateo 20:1-16).
1.- Algunos se preocupan más por ser los primeros y por tener figuración, que por valorar a conciencia su llamamiento (vv.2-5).
a.- Delante de Dios es de igual valor quien tiene un doctorado en teología, como aquél que sirve en el ministerio cristiano desde el rincón más distante de Latinoamérica.
b.- Delante de Dios es de igual valor el servicio religioso en una iglesia grande como el de una pequeña congregación.
2.- Dios valora a cada uno de los ministros cristianos que sirven en Su obra (vv.6, 7).
a. Si piensas que has hecho poco, pero lo has hecho con fidelidad a Dios, ánimo el Señor conoce y valora tu esfuerzo.
b. Dios tiene un premio para quienes trabajan en su obra. Sé fiel y esfuérzate (vv.8-10).
3.- Es previsible que se levanten críticas, envidias y oposición entre los ministros cristianos, pero una actitud así no glorifica a Dios ni tampoco a Su obra (vv.11-15).
4.- Quien es consciente de haber sigo escogido por Dios para servir en Su obra, permanece fiel (v. 16).
II.- En la obra del Señor cuenta quien permanece fiel al llamado (Lucas 12:42-46).
1.- La fidelidad al llamamiento es una disposición del corazón y del alma que Dios espera de sus ministros (vv.42, 43).
a.- ¿Cuál es tu disposición y fidelidad ante el ministerio cristiano al que fuiste llamado por Dios?
b.- ¿Has identificado los factores que te han conducido al estancamiento espiritual y/0 a contemplar la posibilidad de renunciar al ministerio cristiano?
2.- Quien es fiel en lo poco, será fiel en lo mucho (v. 44).
3.- Si nuestra mirada no permanece fija en el Señor Jesucristo, corremos el peligro de caer en el conformismo o quizá, el de experimentar un revés espiritual (vv. 45, 46).
III.- En la obra del Señor cuenta quien asume el reto para desarrollar una gran misión (Hechos 1:6-8).
1.- Dios tiene en su propósito divino, alcanzar el mundo con las Buenas Nuevas (Hechos 1:6-8).
a.- La proclamación del evangelio no tiene fronteras.
b.- Nunca será suficiente el esfuerzo que hagamos por alcanzar las naciones con el evangelio de Jesucristo.
c.- Siempre existe algún territorio que sea necesario alcanzar para el reino de Dios.
2.- Dios utiliza instrumentos humanos para llevar a cabo Su propósito de alcanzar el mundo con las Buenas Nuevas (Hechos 9:3-5).
a.- El trato de Dios con Saulo fue distinto que con los demás discípulos. Dios trata con cada uno de manera especial (vv.3, 4).
b.- Es necesario tener un encuentro personal con el Señor Jesús de manera permanente (v. 5).
3.- Dios espera que quienes reciben el llamamiento de servirle en Su obra, asuman el reto (Hechos 9:6; 10-19).
a.- Una pregunta clave: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” (v. 6).
Es necesario que haya aceptación al llamamiento de Dios.
Es necesario que haya disposición para servir en la obra de Dios.
b.- La misión de Pablo implicaba una cuota de sacrificio (v. 6).
c.- En el Plan de Dios, Pablo era un instrumento escogido (v. 15 a).
d.- La misión de Pablo era llevar el evangelio a los gentiles, reyes e israelitas (v. 15 b).
Conclusión:
En la obra del Señor, nadie es menos. Imagine por un instante el momento en el que todos los ministros, de todas las lenguas, naciones y denominaciones, nos reunamos con el Señor Jesucristo. ¿Cuál cree usted que será su ubicación en la mesa donde tengamos esa gran y esplendorosa cena? Es probable que para algunos sea difícil asimilarlo; tal vez para usted no y, ¡gloria a Dios por eso! Porque todos somos iguales delante del Señor.
Somos instrumentos en manos de Aquél que nos llamó, y nuestra mayor preocupación debe ser la de que –al término de nuestras vidas— podamos ir a la presencia del Señor Jesucristo con la tranquilidad del deber cumplido (2 Timoteo 4:7, 8).
Publicado en: Sermones
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