Una familia transformada

Base Bíblica: Lucas 19: 1-10

Introducción:

Nuestra vida familiar puede que esté atravesando por momentos difíciles, pero puede cambiar. Con ayuda de Dios es posible imprimirle un giro a la forma como nos relacionamos con el cónyuge, los hijos y las personas que nos rodean.

Es importante hacer un alto en el camino y evaluar en qué estamos fallando. Un segundo paso es volver la mirada a Dios y permitirle que ocupe el primer lugar en nuestro hogar. Los cambios serán visibles y generarán impacto.

Ahora, ¿De qué manera se produce el proceso de transformación de la familia?

I.- COMIENZA CUANDO EXPERIMENTAMOS UN ENCUENTRO PERSONAL CON JESUCRISTO (vv. 1-5)

1.- La religiosidad, el reconocimiento social y la solidez económica no llenaban el vacío de Zaqueo (vv. 1, 2)

2.- Zaqueo buscó a Jesucristo para llenar ese vacío interior (v. 3)

3.- Cuando nos anima un anhelo sincero por el Señor Jesucristo, no nos dejamos vencer por los obstáculos (v. 4)

4.- El Señor Jesucristo conoce el corazón de quienes lo buscan (v. 5)

II.- SE FORTALECE CUANDO JESUCRISTO MORA EN NUESTRO HOGAR (vv. 6, 7)

1.- Recibir a Jesucristo en el corazón y en nuestro hogar determinan la transformación de una familia (v. 6)

2.- Es previsible que el proceso de transformación personal y familiar enfrente oposición (v. 7)

a.- Hay quienes no aceptarán nuestra decisión de cambio

b.- Hay quienes se opondrán a nuestra decisión de cambio

3.- Ningún proceso de transformación será fácil.

4.- En medio de la oposición debemos perseverar en la decisión de caminar con Dios.

III.- UNA FAMILIA TRANSFORMADA EVIDENCIA FRUTOS (VV. 8-10)

1.- Recibir a Jesucristo en nuestro corazón y en el hogar produce cambios visibles (v. 8 a)

a.- En la forma de pensar

b.- En la forma de actuar

2.- Contribuimos a generar cambios en las vidas de las personas (v. 8 b)

3.- Dios nos ayuda en el proceso de cambio (v. 9)

4.- Dios nos ofrece la oportunidad de experimentar la transformación familiar (v. 10)

Conclusión:

El propósito eterno de Dios es que, a través de la familia, experimentemos una vida plena. ¿Lo estamos logrando? Si no es así, llegó la hora de imprimir cambios en la dinámica que hoy tenemos a nivel conyugal y con los hijos.

Tenga presente que la mejor y más acertada decisión es permitirle a Jesucristo que reine en nuestro hogar. Él trae orden allí donde sea necesario. Además, nos lleva a experimentar una nueva forma de pensar y de actuar, que no solo anhelamos, sino que necesitamos con urgencia.